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domingo, 15 de enero de 2012

Ventajas de leer VS pasos que hemos de dar si queremos que los niños odien la lectura

    ¿Por qué siempre he escuchado que tengo que leer, desde pequeñita, mi madre me inculcó el valor de un libro, lo que podemos aprender a través de las letras, la imaginación que podemos derrochar metiéndonos en el papel de los protagonistas y… ¡la reducción de las faltas de ortografía en los dictados que hacía en el cole!, pero… ¿esto es cosa de mi madre o de verdad la lectura es beneficiosa, ya no solo para los niños, sino para todos en general? Curioseando cositas por internet, encontré una serie de afirmaciones que respondieron a mis preguntas, y que podemos encontrar en la página:

http://www.plec.es/documentos.php?id_seccion=6&id_documento=26&nivel=Primaria

    Pero no solo me voy a quedar con lo que estos argumentos nos dicen, vamos a ir más allá, y vamos a ver qué de cierto tiene esto que nos dicen, porque, otra cosa que me enseñaron, fue a no creer todo lo que ves…

¿Qué aporta la lectura al lector?

1.    Enriquece al niño en todos los aspectos de su persona: desde lo intelectual a lo afectivo, lo emocional, lo íntimo, lo onírico e incluso lo irreal; ¡Claro!, por eso cuando somos pequeños y leemos, ¡tenemos tanta imaginación!, lo que no quiere decir que los niños que no lean, no la tengan; pero si a través de la mente de otras personas aprendes a aplicar diferentes puntos de vista a una misma situación, no solo consigues abrir tu mente a todo un mundo exterior, sino que te desarrollas como ente único… ¡porque no todo el mundo asimila la misma historia de la misma forma!

2.    La literatura es una fuente enriquecedora por el valor artístico que en ella adquiere el lenguaje; y es que cuando hablamos, no pensamos que la palabra asador, rima con volador… pero cuando escribimos, sí es cierto que tenemos más facilidad a la hora de escribir de una forma más… ¡artística!

3.    Le prepara para la lectura de aprendizaje: cuando leemos, desarrollamos una serie de estrategias que tienen mucho que ver con la atención, la lectura rápida… o la búsqueda de los detalles que realmente importan. Como ya dije en el primer punto, no significa que los niños que no lean no puedan desarrollar dichas estrategias, pero esto es lo mismo que el caso de un atleta y otra persona que no haya corrido jamás: el primero, no tendrá dificultad en cubrir un espacio determinado en un tiempo mínimo, mientras que el segundo, necesitará de un exhaustivo entrenamiento… y mientras entrenas, nuestro atleta ha ganado ya unas cuantas carreras…

4.    Aporta un amplísimo horizonte de fantasía y sueños, una estimulante mezcla de conjuros mágicos que permiten abrir mil puertas y descubrir infinitos mundos; lo hemos dicho muchas veces en clase, no lees lo que no conoces, de la misma forma que no imaginas sobre aquello de lo que nunca te hablaron… (o te resulta más difícil imaginar algo que no llegaste a conocer…)

5.    Hace al lector flotar, reír, soñar, descubrir, acercarse a lo lejano en el tiempo y en el espacio, ponerse en la piel de otras personas, sufrir con ellas, alegrarse con sus éxitos, emocionarse con sus descubrimientos… que levante la mano aquella persona que cuando ha leído un libro que realmente le ha hecho vibrar, no haya reído, llorado, temblado de emoción, sentido tristeza porque la historia acaba, o haya querido trasladarse a ese mundo imaginario donde poderse convertirse en uno de los personajes…

6.    Le ayuda a entender y en parte a solucionar sus problemas psicológicos y afectivos (miedos, complejos, celos...); no solo los autores escriben para divertirnos, sino que tratan diversos temas a través de las lecturas… claro está que los niños no saben que resuelven ciertos conflictos emocionales mediante divertidos personajes… digamos que son, como los libros de autoayuda de nosotros los adultos, ¡pero más divertidos!

7.    No podemos esperar que la literatura haga milagros y retire las piedras del camino vital de nuestros hijos, pero sí le permitirán serenar su frustración o su pena demostrándoles que no está solo, que lo que le ocurre es natural, que hay otros muchos niños que pasan por sus avatares; ¡¡obvio!!, y muy relacionado con el punto anterior… lo que sentimos que nadie ha pasado, y nos causa la más grande de las frustraciones… ¡resulta que ya lo han pasado niños de nuestra misma edad!, ya no soy un bicho raro… eso, queramos o no, nos anima a seguir…

8.    Despierta su imaginación, su fantasía y potencia su creatividad: ¿quién no ha querido ser Sebastián en “La historia interminable” y vivir fantásticas aventuras?

9.    Favorece el desarrollo de su espíritu crítico y de su capacidad de razonar, provocando y orientando la reflexión y el cultivo de la inteligencia; porque el mismo hecho de leer, nos lleva a querer anticipar hechos, adivinar qué va a ocurrir, lo comparamos con la realidad, pensamos que otros caminos el protagonista habría podido tomar… ¡es como entrenar a la mente de una forma un tanto peculiar!

10.    Aviva su sentido estético y su capacidad de apreciar y disfrutar de lo bello; no es lo mismo decir: un caballo va andando por un camino de tierra, que… por un polvoriento camino, de suave arena removida, va caminando un bonito caballo, de altura desmedida…

11.    Contribuye a su crecimiento en libertad: a una niña le gusta el rosa, y a otra el azul, y le damos la opción de elegir dichos colores en su ropa; demos la opción a los niños de vestir su imaginación con el libro que más les guste. Unas veces se equivocarán, otras, abandonarán la lectura… ¡y la recuperarán!, pero si nos les damos la opción de libertad, no sabrán por si mismos de la lectura disfrutar.

12.    Leer estimula las capacidades lingüísticas:
•    Enriquece el vocabulario y el uso de las estructuras del idioma y, en consecuencia, desarrolla la capacidad de expresión, tanto oral como escrita.
•    Perfecciona el conocimiento ortográfico: al ver la forma correcta de escribir cada palabra, su cerebro, inconscientemente, se impregna de información que luego le permitirá ser más certero al escribir.
•    Se familiariza, poco a poco, con las estructuras propias de los diferentes géneros y estilos literarios. Por ejemplo, siempre que una lectura comience por «érase una vez…» sabrá que está abriendo el tarro de las esencias de un hermoso cuento y se situará ante él con una predisposición muy diferente a la que le invitará un texto estructurado en líneas cortas (versos), porque adivinará que está introduciéndose en un poema.

13.    A través de la narración o lectura en voz alta, se potencia la capacidad de escucha, que amplía la atención y es tan importante en toda comunicación;  y una vez más, somos conscientes de que no debemos generalizar: que digamos esto no significa que las personas que no lean no sean capaces de no escuchar, pero volvemos a la idea de entrenamiento: mayor será la capacidad de concentración de aquella persona acostumbrada a escuchar.

14.    Las lecturas compartidas estrechan los lazos afectivos y favorecen la expresión espontánea de los sentimientos y las emociones; ¿nunca te has emocionado al descubrir que otra persona ha sentido lo mismo que tu al leer el mismo libro?

15.    Los cuentos nos enseñan sobre la condición humana: descubrimos el valor de la generosidad, la justicia, la esperanza. Pero también el odio, la ruindad, la violencia, la injusticia. Por eso debemos ofrecer libros con personajes bien perfilados, con caracteres coherentes, con comportamientos y personalidades variadas, no sólo «buena gente», porque en la vida real el niño encontrará de todo y la literatura puede ayudarle a relacionarse.

16.    Aumenta la lógica, al presentar sucesión de ideas, encadenadas con coherencia tanto en lo temporal, en lo espacial y lo narrativo.

    Estos 16 pasos aquí descritos, nos enseñan las ventajas de dar a conocer lo que es la lectura a los niños, y todos estaremos de acuerdo en que queremos lo mejor para nuestros niños, pero… ¿por qué los niños de nuestra sociedad no leen?, es cierto que tienen excesivos estímulos que en un principio, pudieran parecer más atractivos que sentarte solo (o en grupo) a leer, pero además… 

¿qué hacemos nosotros para que los niños lleguen la lectura a odiar?:

•    Presentar el libro como una alternativa a las videoconsolas o la televisión: pero… ¡¿cómo podemos pensar que un niño va a querer cambiar algo visual y auditivo que prácticamente no le supone ningún esfuerzo por algo que no solo requiere estar quieto y en silencio, sino que además… necesita concentración?!

•    No a los cómics, sí a los libros: ¿por qué? ¿acaso los cómics no son un puente a los libros? Según el niño vaya devorando (literalmente…) los cómics, tendrá ansias de más, y tenderá la mano a los libros… ¡dejémosles elegir!

•    Hijo… cuando yo era joven, ¡leía más que tú!: claro papá… cuando tú eras joven nos hallábamos en la era de las cavernas, no teníais internet, ni videoconsolas, ni tantos canales en la “tele” para elegir…

•    ¡Cuántas tonterías y distracciones tenéis los niños de hoy!: claro, y nosotros que nos empeñamos en que cada vez tengan más actividades extraescolares, y seguimos sin dar ejemplo, de nada nos sirve decirles que lean si cada día no nos ponemos un ratito con ellos, y… ¡lo mejor de todo!, les damos ejemplo… porque los niños son como “monitos de imitación”, lo que hagamos… harán…

•    ¡Te lees este y se acabó!: ya lo hemos dicho muchas veces, recordemos cuando nuestros padres nos obligaban a ponernos aquella horrenda ropa y nosotros no queríamos, ¡pues los libros es lo mismo!, cada persona tiene sus gustos, dejemos que los desarrollen…

•    ¡Lees porque lo digo yo y no hay más que hablar!: pregunta: ¿para qué están las normas?, respuesta: para fastidiar a papá y mamá no cumpliéndolas… ¡pues eso!, que si me mandan leer y lo veo como una obligación… no volveré a coger un libro por mi mismo en… ¿lo que me queda de vida?...

Pues eso, ¡ya sabemos lo que tenemos que hacer si queremos que los niños odien la lectura!

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