Contenidos Voluntarios

¿Dónde quieres ir?

jueves, 19 de enero de 2012

Con G de Glíglico!!

    La clase ya tocaba a su fin, cuando alguien mencionó “La rayuela”, y eso… ¿qué es?, supimos que era una novela de un tal Julio Cortázar, escritor argentino, considerado como uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo. 

    Cortázar rompe moldes inventando personajes que incluso tienen su propia manera de entenderse: el glíglico… Y si nombramos el glíglico, obviamente debemos nombrar la obra  de la que sale tal lenguaje: “Rayuela”, del que reproduciremos un fragmento del capítulo 68 para que nos hagamos una idea más aproximada sobre lo que estamos hablando:

    “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia.

    Quizás una lectura rápida, no consiga darnos pistas sobre el tema que se está tratando… y puede ser que una segunda lectura más lenta, siga dejándonos algo confusos ante el texto que creemos estar leyendo, y es que así de particular es el glíglico… es un lenguaje que no sigue la norma, un lenguaje que nos obliga a mirar más allá de la palabra convencional, algo con lo que nosotros mismos debemos volar y para lo que nos tenemos que dejar llevar… es un abrir nuestra mente a lo extraño, a lo infinitamente raro… que precisamente por raro, es bello…

    Todos creemos hablar el mismo idioma (al menos, todos los que en clase de literatura nos reunimos), pero muchas veces hablamos, y ni entre nosotros nos entendemos, porque nos centramos en oír solo aquello que queremos escuchar, y de eso precisamente trata el tema del glíglico… de no solo escuchar, oír o agarrar aquellas palabras que nos interesa atrapar, sino que el todo, es el que nos da sentido, el que nos hace imaginar, pensar, volar, conocer, reír… y por qué no… llorar… eso es el glíglico, el lenguaje de todos y cada uno de nosotros que solo en nuestro pensamiento existe, pero… que podemos lograr dar a entender a los demás, si así nos lo proponemos… solo hay que escuchar, comprender, interpretar, dar sentido y… sobre lo que no se entienda… ¡preguntar! O es que acaso… ¿nunca habéis inventado un lenguaje extraño con el que poderte comunicar, sentir, entender o incluso enamorar a una persona? Seguro que sí, pero… apuesto lo que sea, a que solo estáis pensando en aquel lenguaje que usa las palabras como vehículo de expresión… pero como de palabras en literatura estamos hablando, que mejor modo de mostrar lo que para nosotros es el glíglico, que inventandolo... 

"Cierto día, en un patio poco conocido, de un colegio cualquiera, una pareja de niños se hallaba enfrascada en lo que parecía una interesante conversación.

Se encontraban un poco alejados del resto del grupo, agazapados tras un pequeño arbusto, hablando en voz bajita… ¡muy bajita!, y de vez en cuando, furtivas miradas se dirigían al resto de grupo en cuestión…

-    ¡Tino, tino!, tiatisi tino tipotidetimos tilletivar tia ticatibo tiel tiplan, tiportique tisi tino titotidos tise tivan tia tientitetirar… -decía Beita- titetinetimos tique tienticontitrar tia tialtiguien tique tiatipotiye tinuestitro tiplan…

-    ¡CeQue ceno ceBeíceta! ceTu ceescecucecha cemi ceplan… cetraicego ceel ceracetón ceen cela cemocechicela, cey cecuancedo cetocedo ceel cemuncedo cese cehaceya cesencetacedo… ¡celo cesuelceto! – replicaba muy resuelto Javierito…

-    TiPetiro tiJativitietiritito, tiel tiratitón tihatice tiruitido, ¡tiy tilo tivan tia tiotiir!, titentidrítias tique tientitrar tien ticlatise ticuantido titotido tiel timuntido tiestitutivitietise tisentitatido,ti y tisi tila tiprotife tientitra tiantites tique titú, ¡tino tipotidrás!

-    ¡CePocerras ceBeceíceta! ceDecebeceríceacemos ceir cea cehaceblar cecon ceticeta ceIcerucene, ceecella cesacebrá cecócemo cepoceder ceaceyucedarcenos, ceporceque ceme cehuecelo ceyo… ceque ceesceto cede celas cetrascetacedas cele cegusceta cetanceto cea ceecella cecocemo cea cenocesocetros…

Y dicho y hecho, Beíta y Javierito abandonaron su cómodo y secreto rincón para ir en busca de Tita Irune; pero no podían imaginar que, al salir de allí, algunos de sus compañeros les estaban esperando para cortarles el paso y enterarse de aquello que habían estado tramando.

-    ¡¡Voposopotrospo nopo tepenépeispi nipi ipidepeapa!!– dijeron los dos pequeños a la vez.

-    ¡¡¡Ya estáis otra vez diciendo cosas raras!!! ¡¡¡Parad de una vez!!! – Respondieron sus compañeros.

En ese momento, Tita Irune llegó y vio lo que estaba pasando; así que pregunto a aquellos niños por qué molestaban a Beíta y Javierito.

-    ¡¡¡Están hablando cosas raras… ¡¡Seguro que traman algo!!!

-    etognemog artogseuvog rirbogaog euqog siénogetog. – Dijo Irune.

Al oír a Tita Irune hablar de aquella forma tan extraña, el resto de niños huyeron despavoridos mientras se quejaban; pero Beíta y Javierito comenzaron a reír ruidosamente…

-    Ogoglaog ramogartog arogapog seog onog isog siécogahog olog acognuNog ??amogoidogiog ortogseuvog neog odognalbogahog siátogseog éuqog roPoG¿¿ - Preguntó Irune a los pequeños traviesos.

-    CeVecerás… ceEs ceque ceJavierito cey ceyo cehecemos cepencesacedo ceque…  - Comenzó diciendo Beíta.

-    ¡¡TiUntia tiratita!! – Continuó Javier.

-    ??atogarog anogUoG¿¿ - Preguntó Tita Irune sorprendida.

-    CeSí… ceEs ceque cehecemos cepencesacedo ceque cepocedícea ceser cediceverceticedo cey cegracecioceso cemeceter ceucena ceraceta ceen ceclacese… ¡¡¡ceA cever cequé cehacecen celos cecomcepaceñeceros!!! – Respondió la niña.

-    ilogiMog yog ilogiPog omogocog sioSog !!!?heog¿ ogoglaog odognamogartog erpogmeiSoG¡¡¡

-    Porpofiiiiipi… - Suplicaron los pequeños a la vez.

-    !!!ZEVog ATogSEog ROPog OLogOSog ORogEPog¡¡¡ …arogusogevogartog alog reogcahog siédogopog …neibog átogsEoG

Y, de esta forma, los dos niños fueron muy contentos en busca de su pequeño ratoncito…"


    Suponemos que, por lo general, la mayoría de la gente ha entendido siempre la creación literaria como una actividad individual; de hecho, incluso nosotros la habíamos entendido de esa forma durante mucho tiempo. Pero, a veces, de una simple conversación surge la idea que te hace entender que, quizás, el planteamiento que tenías acerca de algo era equivocado.

    Y esto es, precisamente, lo que nos ha pasado con la literatura…

    Porque, de repente, nos pudimos dar cuenta de que el hecho de haber realizado una entrada conjunta no era simplemente una idea original…

    Conforme pasaba el tiempo nos íbamos dando cuenta de que la literatura aceptaba perfectamente el trabajo en equipo, así que comenzamos a percibir la creación literaria de forma distinta a como la habíamos planteado hasta ese momento; de repente nos vimos mucho más sueltos, entendimos que incluso el estilo literario de dos personas puede llegar a entremezclarse hasta conseguir algo único y divertido e incluso comprendimos que se podían pasar grandes momentos creando literatura en buena compañía.

    Entonces observas que las palabras y las ideas que surgen no sólo te hacen disfrutar de la actividad, sino que son capaces de fortalecer los lazos de la amistad e incluso te sirven para conocer aún mejor a esa persona que tienes al lado…

    Y es que, si lo pensamos fríamente… ¿¿Por qué no utilizar la creación literaria para conocer mejor a tus seres queridos?? ¿¿Qué tiene de malo el hecho de emplear la literatura para enseñar a la gente a trabajar en equipo de una forma mucho más agradable?? ¿¿No os parece que debemos olvidar ciertos prejuicios y abrir un poco más  nuestra mente en relación a la literatura??

    Porque la palabra escrita deja constancia de todo este proceso llevado a cabo… y por más que leemos y releemos lo escrito, no podemos hacer otra cosa que sonreír… ¡¿Meter un ratón en clase?!... ¡vamos!, seguro que eso no es cierto… ¡pues sí! Personajes verídicos, para historia más que cierta, pero… ¿¿cómo se nos ocurrió llevarlo a cabo?? ¡¡Fácil!! ¿Comienzo de la historia?... ¡Una palabra!: GLIGLICO… pero qué porras es eso??? Respuesta… ¡jolín! ¿pero es que nunca te has inventado un lenguaje secreto que solo quien tu quisieras pudiera conocer¿¿??

    Y a raíz de dar a conocer el ejemplo… el resto vino solo¡!

    ¿Qué decir sobre el hecho de haber trabajado juntos? Ummmm… fácil, divertido, ¡fresco! (y no es que se colara un viento gélido por la ventana que da al jardín, no…), ha sido… ¡como dos mentes en una!, si a uno se le ocurre una cosa, ¡enseguida el otro lo complementa! Como el refranero español (muy sabio él…) nos vendría a decir… TODOS A UNA, ¡COMO FUENTEOVEJUNA!, y es que este es el resultado de unir a dos personas con un mismo interés, pero… ¿Qué interés? No es otro que demostrar, que el glíglico, en nuestro mundo, no hace más que existir, así pues, no podemos más que decir…

    ¡BIENVENIDOS A NUESTRAS HISTORIAS CONTADAS EN CLAVE G! (G…de Glíglico!!!)


...Javierito y Beíta...

3 comentarios:

  1. Javierito y Beíta... nosotros... los escritores de tan glíglica obra, queremos destacar que este texto tiene una parte única en cada una de las entradas de nuestros respectivos blogs: la introducción; siendo la historia y la reflexión final, algo realizado de manera conjunta... ¡cómo ya os hemos contado!

    Queda hacer una breve recomendación... ¡intentad descifrar el nuevo lenguaje empleado!, en caso de desistir... ¡¡quizás os podamos facilitar la solución a tan misterioso caso...!!

    ResponderEliminar
  2. :D Esquemetacamaisquimi cocomomocomo cacamabrascamas!!!!! :D
    Me ha encantado la historia conjunta y tus aportaciones personales. Solo has patinado en una cosa: aunque Cortázar nació en Francia, en realidad es un escritor argentino. ;)

    ResponderEliminar
  3. Cachis!!Fueron las altas horas de la madrugada a las que se escribió, pero vamos... que ya está corregido!!Y sí... estamos como cabras!!! ;)

    ResponderEliminar